Los beneficios de la dieta mediterránea, a base de frutas, verduras y pescado, son conocidas. Pero carnes, quesos y otros ingredientes grasos no forman parte de esta dieta, por más que se piense erróneamente que así es.
Como en muchas otras cuestiones, a través del tiempo, las tradiciones que van de boca en boca se deforman y nunca se transmiten tal cual comenzaron a difundirse. Es decir, que muchas costumbres que aún hoy se siguen practicando llegaron a nuestros oídos de manera tergiversada. Y la tradición de que la comida mediterránea es sana es una de ellas, pero en este caso con razón. ¡Pero a no confundirse!!! No estamos cuestionando las bondades de esta comida, sino la manera en que hoy es considerada y cocinada la cocina Mediterránea, que deja bastante que desear en cuanto a los beneficios para la salud. Seguramente algo quedó en el camino cuando se empezó a difundir la tradicional dieta en otros países. En primer lugar, hay que aclarar que la verdadera dieta Mediterránea era lo que consumían los habitantes rurales de la Isla de Creta, muy cercana a una dieta vegetariana, que incluye pescado y muy poca carne, y es muy rica en vegetales (sobre todo los verdes) y frutas. Los habitantes de esta isla griega extraían un tercio de las calorías de la grasa del aceite de oliva, que es rico en grasas monoinsaturadas. Bebían vino todos los días. Los estudios disponibles –comenzando con el trabajo pionero de A. Keys hace cincuenta años- revelan que los habitantes de los países donde abundan las frutas y los vegetales, y el aceite de oliva, (Grecia, sur de Italia y Francia, Oriente Medio y norte de África) rara vez presentaban enfermedades coronarias. En los países donde se consumen platos a base de carne, queso y otras comidas ricas en grasas saturadas, como en los Estados Unidos, las enfermedades coronarias son una de las principales causas de muerte. Gracias al esfuerzo y promoción de estudiosos como Ancel Keys, la cocina Mediterránea pasó a ser un sinónimo de buena salud. Y repetimos, no es que esto no sea así, pero veamos bien a qué tipo de cocina nos referimos cuando hablamos de la cocina Mediterránea actual. El modo de cocinar puede fácilmente influir en este tipo de cocina, por simple ignorancia, y volverla perjudicial para la salud. En muchas ocasiones, se reemplazan los ingredientes de los platos o se agregan. Hoy la comida tiene un alto contenido de carne, azúcar y salsas de todo tipo. De hecho, los panes y pastas ya no se preparan del modo tradicional. Las harinas refinadas nunca formaron parte de la dieta mediterránea. En los últimos años, muchos especialistas italianos han relacionado el pan, las pastas y el arroz, donde se utilizan granos refinados, con un crecimiento del riesgo de algunas cánceres como los de tiroides, colon y estómago, y de hecho la comida servida en muchos restaurantes italianos está cargada de grasas saturadas. Los calamares fritos puede tener el equivalente de colesterol de una omelet de cuatro huevos. No es que la cocina italiana sea perjudicial para la salud, pero sí lo son si tienen un considerable aporte de grasas saturadas. Volviendo a las fuentes Con algunos consejos, usted puede saborear y aprovechar los beneficios de la cocina mediterránea: 1. Coma muchas frutas y verduras frescas. Las frutas y verduras son pobres en calorías y grasas, y ricas en nutrientes y antioxidantes que previenen el cáncer. 2. Si cena en algún restaurante, elija platos principales con muchos vegetales y con pocas cremas, salsas, o quesos. Puede pedir pastas con aceite de oliva o pollo deshuesado a la parrilla con ensalada. 3. Cuando compre pan, elija los que están hechos con granos enteros. Las harinas menos procesadas brindan energía durante un período más largo, porque son de más difícil digestión. 4. Para el postre, elija los que tengan frutas.
Como en muchas otras cuestiones, a través del tiempo, las tradiciones que van de boca en boca se deforman y nunca se transmiten tal cual comenzaron a difundirse. Es decir, que muchas costumbres que aún hoy se siguen practicando llegaron a nuestros oídos de manera tergiversada. Y la tradición de que la comida mediterránea es sana es una de ellas, pero en este caso con razón.
¡Pero a no confundirse!!! No estamos cuestionando las bondades de esta comida, sino la manera en que hoy es considerada y cocinada la cocina Mediterránea, que deja bastante que desear en cuanto a los beneficios para la salud. Seguramente algo quedó en el camino cuando se empezó a difundir la tradicional dieta en otros países.
En primer lugar, hay que aclarar que la verdadera dieta Mediterránea era lo que consumían los habitantes rurales de la Isla de Creta, muy cercana a una dieta vegetariana, que incluye pescado y muy poca carne, y es muy rica en vegetales (sobre todo los verdes) y frutas. Los habitantes de esta isla griega extraían un tercio de las calorías de la grasa del aceite de oliva, que es rico en grasas monoinsaturadas. Bebían vino todos los días.
Los estudios disponibles –comenzando con el trabajo pionero de A. Keys hace cincuenta años- revelan que los habitantes de los países donde abundan las frutas y los vegetales, y el aceite de oliva, (Grecia, sur de Italia y Francia, Oriente Medio y norte de África) rara vez presentaban enfermedades coronarias. En los países donde se consumen platos a base de carne, queso y otras comidas ricas en grasas saturadas, como en los Estados Unidos, las enfermedades coronarias son una de las principales causas de muerte. Gracias al esfuerzo y promoción de estudiosos como Ancel Keys, la cocina Mediterránea pasó a ser un sinónimo de buena salud.
Y repetimos, no es que esto no sea así, pero veamos bien a qué tipo de cocina nos referimos cuando hablamos de la cocina Mediterránea actual.
El modo de cocinar puede fácilmente influir en este tipo de cocina, por simple ignorancia, y volverla perjudicial para la salud. En muchas ocasiones, se reemplazan los ingredientes de los platos o se agregan. Hoy la comida tiene un alto contenido de carne, azúcar y salsas de todo tipo.
De hecho, los panes y pastas ya no se preparan del modo tradicional. Las harinas refinadas nunca formaron parte de la dieta mediterránea.
En los últimos años, muchos especialistas italianos han relacionado el pan, las pastas y el arroz, donde se utilizan granos refinados, con un crecimiento del riesgo de algunas cánceres como los de tiroides, colon y estómago, y de hecho la comida servida en muchos restaurantes italianos está cargada de grasas saturadas. Los calamares fritos puede tener el equivalente de colesterol de una omelet de cuatro huevos. No es que la cocina italiana sea perjudicial para la salud, pero sí lo son si tienen un considerable aporte de grasas saturadas.
Volviendo a las fuentes
Con algunos consejos, usted puede saborear y aprovechar los beneficios de la cocina mediterránea:
1. Coma muchas frutas y verduras frescas. Las frutas y verduras son pobres en calorías y grasas, y ricas en nutrientes y antioxidantes que previenen el cáncer.
2. Si cena en algún restaurante, elija platos principales con muchos vegetales y con pocas cremas, salsas, o quesos. Puede pedir pastas con aceite de oliva o pollo deshuesado a la parrilla con ensalada.
3. Cuando compre pan, elija los que están hechos con granos enteros. Las harinas menos procesadas brindan energía durante un período más largo, porque son de más difícil digestión.
4. Para el postre, elija los que tengan frutas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario